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Condenaron a prisión perpetua al único acusado por el travesticidio de Diana Sacayán

El Tribunal Oral en lo Criminal 4 resolvió condenar a prisión perpetua al único acusado en el juicio por el crimen de la dirigente trans Amancay Diana Sacayánasesinada con 13 puñaladas en octubre de 2015 en su departamento en Flores.

El imputado, Gabriel David Marino (25), fue condenado en un juicio oral y público que por primera vez incluye la figura de «travesticidio«, es decir un homicidio que tiene como casual el «odio a la identidad de género».  Se trata de un fallo inédito.

«Desde las querellas, la familia y los amigos y compañeros de Diana, se espera una sentencia histórica, que el Poder Judicial reconozca que el asesinato de Diana fue un crimen de odio y por prejuicio a su identidad de género travesti y que este Poder Judicial se exprese por primera vez en la historia sobre la muerte de las travestis y reconozca que esto fue un travesticidio», indicaron allegados de la víctima en un comunicado de prensa difundido ayer.

Después de 11 audiencias, el tribunal -integrado por los jueces Adolfo Calvete, Ivana Bloch y Julio César Báez- resolvió que Marino, quien cumple prisión preventiva hace dos años, sea condenado a perpetua, como solicitaron la fiscalía y las dos querellas, que agrupan a representantes de la familia de la víctima y al Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (Inadi).

Marino escuchó el veredicto sin alterar su expresión y en el público los familiares de la víctima aplaudieron y rompieron en llanto al oir la condena. En la sala de audiencias junto a Sasha Sacayán, hermano de Diana, estuvo sentada la Madre de Plaza de Mayo Nora Cortiñas, que estuvo presente desde el inicio del juicio.

Higui de Jesús, la mujer de 42 años que estuvo detenida por matar a un hombre al defenderse de un intento de violación grupal, también se hizo presente en los tribunales. El activismo trans y en favor de los derechos LGBTI siguió la audiencia desde Plaza Lavalle con cantos y banderas reclamando justicia y estallaron en aplausos cuando se conoció la condena.

Se estima que Diana murió entre el 10 y el 11 de octubre de 2015 en manos de Marino, con quien había mantenido una breve relación, y otra persona que no fue identificada. Su cadáver estaba atado de manos y pies, en el lugar se encontraron un martillo y una tijera, además de un cuchillo de cocina y el cuerpo tenía 27 lesiones de las cuales 13 eran puñaladas. Además, sus asesinos le robaron 20 mil pesos que tenía en su casa (delito por el cual Marino fue absuelto) y, para huir, debieron romper la puerta desde adentro.

Tanto el fiscal Ariel Yapur como su colega Mariela Labozzetta, titular de UFEM (Unidad Fiscal Especializada en Violencia contra las Mujeres y personas LGBTIQ) insistieron desde un principio que la muerte de la activista trans fue un crimen de odio, ejecutado mediante violencia de género. Marino, quien había conocido a Sacayán en una serie de charlas a las que asistía para recuperarse de sus adicciones, negó desde un principio las acusaciones aunque afirmó que había tenido sexo cuatro o cinco veces con Diana «a cambio de droga».

Labozzetta indicó esta mañana, en diálogo con Infobae, que «el juicio ya es importante por todo lo que pasó hasta ahora». «Se hizo un recorrido distinto, se habló de travesticidio, de un crimen de odio y por prejuicio de género. Se incluyó activamente las agrupaciones de diversidad y fue desde el principio un juicio que se llevó adelante con respeto y perspectiva de género», indicó.

Lucila Sánchez, abogada de la querella que encabeza el hermano de Diana, solicitó que se tengan en cuenta dos incisos del artículo 80 del Código Penal. El 4, que se refiere a los crímenes de odio, y el 11, que se contempla en casos de femicidio.

Hasta ahora, sólo se habían realizado dos debates orales de este tipo, uno por el crimen de Natalia Sandoval (35) en Mendoza y otro por el de Vanesa Zabala (31) en Santa Fe. Si bien en ambos se dictó la pena de prisión perpetua, en ninguno se aplicó el agravante de travesticidio.

La muerte de la dirigente travesti caló hondo en la comunidad LGBTI, que se movilizó para reclamar Justicia. Sacayán fue líder de la Asociación Internacional de Lesbianas, Gays y Bisexuales (ILGA), dirigente del Movimiento Antidiscriminatorio de Liberación (MAL) e impulsora de las leyes de Identidad de Género y de Cupo laboral travesti trans. En 2012 logró tener su DNI con su nueva identidad de género, que le fue otorgado por Cristina Fernández de Kirchner, quien también pidió en su momento por el esclarecimiento del hecho.