El sábado 19 de enero a las 2 y media de la madrugada, Brian David De los Santos (24) y Leonardo Vargas (21) fueron víctimas de un ataque homofóbico, luego de salir de un bar céntrico de Capilla del Monte (provincia de Córdoba) donde habían cenado con una amiga. Ambos viven, trabajan y estudian en Córdoba capital y pasaban las vacaciones en su ciudad natal, una de las atracciones turísticas del Valle de Punilla en las sierras chicas cordobesas.
Esa noche, caminaban de la mano rumbo a la casa de la madre de Brian, cuando fueron agredidos por una patota que primero los insultó, y luego los persiguió y apedreó. El ataque comenzó en la plaza San Martín, a metros de la famosa calle techada, donde un sábado a la noche y en temporada alta hay por lo menos una decena de locales abiertos y mucha circulación de turistas. En ese mismo lugar, este sábado 26 de enero a las 17 habrá intervenciones artísticas y una radio abierta en repudio a la violencia homofóbica.
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Persecución, insultos y piedrazos
“¡Putos de mierda!”, escucharon apenas pasaron la plaza. “Cuando oímos los insultos, seguimos agarrados de la mano, hicimos una cuadra y nos empezaron a tirar piedras –relató Brian a Presentes–. ‘Eh, pará, que no te hicimos nada’, le dije a uno que tiraba y se quedó parado. ‘No te vas a cagar por lo que digan estos putos’, le dijo otro. Se rieron y nos siguieron tirando. Esa vez me pegó una piedra. Ya estábamos en la esquina de la casa de mi mamá y no le dije a mi novio que me habían pegado. Me di vuelta para decirles que paren y vi que eran seis, estaban más cerca y seguían tirando piedras. Se me nubló todo y pensé: ‘Acá nos van a matar’”.
Brian y Leonardo lograron entrar a la casa a salvo y la patota se dispersó. Dicen que no pudieron reconocer a ningún agresor, porque al comenzar la persecución los agresores se taparon las caras con las capuchas de los buzos. “Cuando puse la llave y logré abrir la puerta, me agarró un ataque de llanto y el pánico de que nos siguieran hasta la casa”, recordó Brian.
“La misma policía te discrimina y fomenta agresiones”
Brian De los Santos es bailarín y profesor de danza. Leonardo Vargas, comunicador social, diseñador gráfico y trabaja en una consultora política. El domingo a la mañana, mientras tomaban mate en silencio con su madre, Brian pensó: “No voy a amar nunca más y me voy a separar para encerrarme solo en mi casa”.
Cinco días después, dice: “Lo que más duele es que esto me hizo acordar a lo que escuché desde que tengo uso de razón, en la primaria y en la secundaria: ‘Putito de mierda’. Esa cosa denigrante que resuena hasta hoy. La violencia y el odio”.
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Eso lo motivó a relatar el episodio en su Facebook, más como catarsis que denuncia. Brian no quiere recurrir a las autoridades policiales o judiciales locales. “No hice ninguna denuncia porque no puedo identificar a nadie y porque no les tengo confianza. La misma policía fomenta este tipo de agresiones, te discrimina, te mira mal y te pide el documento para poder pasar al boliche. El caso de Jorgito Reyna (un joven de 17 años muerto en la comisaría de Capilla del Monte en 2013) fue acá y quedó en la nada misma. Y los mismos policías responsables siguen trabajando ahí. Así que no te da mucha seguridad ir a que te ayuden”, dice.
Contra el patriarcado heteronormativo
Sin embargo, dos amigxs que militan por los derechos de las identidades sexuales disidentes los convencieron de que el suyo no era un caso más y no podían quedarse sin hacer nada. Para visibilizar el ataque y luchar contra la discriminación, Erika Ochoa y Stell Masitelli organizaron la convocatoria a una intervención pública, con el apoyo de las organizaciones por la diversidad sexual de la zona y militantes por los derechos humanos y contra las violencias de género y homofóbica.
“En repudio a los hechos de violencia hacia una pareja homosexual, entendiendo que NO resulta un hecho aislado sino consecuencia del patriarcado machista heteronormativo en su función correctiva y ‘normalizadora’ de las sexualidades e identidades disidentes, vecinos y vecinas convocan a una jornada el 26 de enero a las 17 horas en la plaza San Martín”, dice el texto que invita a la actividad. Habrá intervenciones artísticas, micrófono abierto y pintada de carteles.
También apoyan la movilización varios medios comunitarios, entre ellos la emisora Una radio, muchas voces 98.1 FM, que en su programa Entre mate y mate realizó una amplia entrevista a Brian luego de la agresión.
Córdoba: dos ataques en menos de un mes
Este ataque homofóbico no es un hecho aislado en el verano cordobés. En lo que va de la temporada, es el segundo episodio de violencia contra colectivos LGBTIQ+ en lugares turísticos de la provincia. Antes fue el de Pablo Dell’Oso (24), noqueado al grito de “puto de mierda” en el boliche Nabisco de Villa Rumipal, en el Valle de Calamuchita.
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Capilla del Monte: violencias contra mujeres, niñxs y disidencias
Capilla del Monte es conocida por su cerro Uritorco, el más alto de las Sierras Chicas, otrora sitio de culto del pueblo comechingón, hoy meca de los interesados en los ovni. Es también una sociedad pluricultural, donde lxs inmigrantes artistas, intelectuales y cultores de la new age conviven con los pobladores nativos. Un lugar turístico más apacible que Villa Carlos Paz y Cosquín. Un lugar idílico donde –visto desde afuera– un episodio de violencia homofóbica resultaría excepcional.
Paula Rodríguez es trabajadora social y participa en la Mesa Intersectorial contra la violencia de género y el abuso sexual infantil y en el Movimiento Plurinacional de Mujeres de Capilla del Monte, organizaciones que acompañan la convocatoria del sábado. Para Paula, a pesar de sus valores turísticos y culturales, la de Capilla del Monte “es una sociedad ultraconservadora. Yo vivo aquí desde hace unos años y hay mucha gente que quiere trabajar estas cuestiones, pero también hay una gran resistencia en lo cultural. En las actividades de difusión que hacemos también reclamamos al Estado lo que no está haciendo: campañas preventivas, porque para prevenir estas situaciones de violencia y homofobia lo que hace falta es educación”.
“Acá hay tres o cuatro mujeres trans y es una locura el rechazo que sufren”, ejemplifica. Y añade: “Hay de todo: un movimiento social y cultural que busca salir de eso, pero también está el que salta a defender a los abusadores. El problema de Capilla del Monte son las violencias: contra las mujeres, las identidades disidentes y los niños. Por eso el sábado vamos a estar, porque estas cosas suceden todos los días”.
Brian y Leonardo también estarán: “Vamos a presentarnos ahí, no a pedir perdón ni pedir que nos toleren, sino a exigir que nos respeten, porque somos personas que coexistimos en el pueblo y en la sociedad. Conocemos muchísimos chicos y chicas que lo han sufrido”.